Descripción de la ruta:
Recorremos el antiguo camino real que unía La Aldea de San Nicolás con Mogán, atravesando a través de degolladas los barrancos de Tasarte y Veneguera.
Este año 2017 se cumplen cien años que desde el servicio de Obras públicas del Ministerio de Fomento se elaboró por primera vez el proyecto de unir estos dos pueblos por una carretera.
Esta es una ruta casi rectilínea de subidas y bajadas suaves, pero algo dura más por la distancia a recorrer que por la dureza del sendero o los pasos a atravesar.
Su orografía te permitirá contemplar amplias panorámicas de valle de La Aldea, Tasarte, Venegera y Mogán. Es un recorrido en que tan pronto te ves en medio de una árida y pelada ladera, entre exuberantes palmerales, juncos y cañaverales en lo más hondo del barranco, atravesando fincas de frutas tropicales o invernaderos de tomates.
Un sendero que te mostrará un punto de vista diferente de los Azulejos, de la Gran Canaria árida pero de cauces verdes, huertas y frutas de exquisito sabor.
Barrancos ricos en detales etnográficos abundantes hornos de pan, de cerámica, pozos y pequeños caseríos que te transportan a otros tiempos, museos temáticos a ambientes perdidos.
La época ideal es en primavera después de un año lluvioso con la vegetación en todo su esplendor, el contraste del verde con las rocas oscuras y el sonido del agua bajando por sus barrancos creando pequeños oasis temporales.
Como colofón final a esta ruta puedes terminar conociendo un poco de la vida rural de estas zonas a través de los museos etnográficos vivos como el de la escuela, la consulta del médico rural, la tienda de aceite y vinagre (pregunta por la tienda de Polo, un vestigio aún vivo de este tipo de establecimientos https://www.flickr.com/photos/canarias3d/albums/72157656610650948 ), el Almacén de Tomates, la Zapatería de Naso, la Iglesia de San Nicolás ,el Centro Locero Adelfina Cubas o el Museo de la Herrería y el Agua.
Información documental de interés
Cardones de Veneguera
Justo en la población de Veneguera se encuentra un área recreativa con bancos, mesas, sombras y que en forma de ecomuseo muestra ciertas estructuras agrícolas entre limoneros, tabaibas y una docena de cardones (Euphorbia canariensis), con algunos de ellos excepcionales en la isla con una altura de 3m., un perímetro circular de unos 46m., ocupando un área de unos 160m2. Son capaces de crear un microhábitat en su interior al que se asocian diversas especies vegetales y animales.
Este arbusto endémico de las Islas Canarias, puede vivir más de 100 años y llegar a estar constituidos por unos 400-500 tallos originarios de la ramificación basal de uno situado en el centro y que se van agrupando en círculos.
Su porte es a modo de conjunto de tallos cuadrangulares o pentagonales y curvados a modo de candelabros (candelabriforme) con espinas pequeñas y robustas en sus aristas.
Es un arbusto perenne que florece en primavera y en verano con hileras de flores a lo largo de sus aristas.
Sus flores verde-rojizas y salen de unas cápsulas de color rojo-pardo de los extremos superiores del cardón. Su fruto, llamado tricoca, tiene forma de cápsula con tres valvas de color rojizo o marrón, liberando las semillas de forma explosiva.
Su rango altitudinal está entre los 100 a 900 msnm. en lugares soleados y terrenos con buen drenaje. Aparece en todas las islas, excepto en Lanzarote. Es una especie vegetal endémica de las Islas Canarias y símbolo vegetal de la isla de Gran Canaria.
Precauciónes: el cardón contiene látex, un jugo blanco, espeso, cáustico. Resulta bastante tóxico y de lo más venenoso si se ingiere o cuando entra en contacto con la piel o las mucosas. Este látex se ha utilizado para pescar introduciéndolo en las charcas para aturdir a los peces. Se trataba de una técnica llamada embarrascado que está prohibida hoy en día. También se dice que los aborígenes en épocas de sequía tenían la habilidad de separar la corteza tóxica para conseguir agua a partir de la pulpa interior del cardón.
Casas de Veneguera
Pequeñito conjunto de casas antiguas del Siglo XVII, construidas en la arquitectura tradicional rural canaria; piedra, barro, cal y madera en puertas, ventanas, balcones y techumbres con cubiertas de tejas a dos aguas.
En el conjunto podemos ver un horno tradicional de pan. Son una pequeña muestra de la arquitectura tradicional canaria de viviendas austeras y sobre todo funcionales con un horno de pan como eje central del conjunto.
Fuente de la Sabinilla
Fuente de agua natural que emanaba de una roca y surtía de agua a un abrevadero y un lavadero adjunto, con capacidad para doce lavanderas. Su antigüedad se estima en unos 150 años de su explotación.
Roque y Casas de la Cogolla
Este roque basáltico situado al término del barranco del mismo nombre, presenta unas curiosas geo formas. Por el lado este y mirando hacia el sur, podemos entrever el perfil de una pequeña cara estilo Joker, de gran nariz puntiaguda. Y si lo observamos por su lado norte (según subimos o bajamos por la pista que va a las casas) se aprecian tres cuevas dispuestas triangularmente y que asemejan dos ojos y una boca abierta, con una expresión de asombro, todo ello coronado por una silueta a modo de capucha que cubre la cabeza. Puede que el nombre le venga por su semejanza a la capucha usada por los religiosos monacales.
Sea como geoforma o roque aislado, parece actuar como vigía del pequeñito conjunto de Casas de la Cogolla. Otra muestra más en el camino de casas rurales canarias en piedra y teja, alpendres, estanques y un horno de pan. Un conjunto acompañado de abundantes ejemplares de palmera canaria con un frondoso palmeral en su cauce que las separa de los bancales de cultivos. Un entorno que merece la pena visitar en primavera.
Hornos de Teja en Tasarte
Hoy día se localizan tres hornos. Están realizados en muros de piedra con ripios. Su estructura es troncocónica, con argamasa en barro y albeo interior de la estructura en barro. Oscilan en unos 5m. de altura, cuentan con orificio en la parte inferior para la alimentación del fuego y desde el orificio de la parte superior se colocaban y cocían las tejas.
En las zonas de Las Gamonas, Las Charquetas y El Ojo del Agua, había hornos de tejas donde se hacían todas las tejas de las viviendas de Tasarte.
Estos hornos tienen y tenían dueños, pero no siempre las tejas las hacían los dueños de los hornos, ya que muchas veces los prestaban para que los vecinos hicieran sus propias tejas, destacaban dos hombres que aún hoy se recuerda su labor y maestría haciendo tejas.
La tierra usada para hacer tejas, era tierra colorada, eso sí para que la teja adquiriera el color "colorado" había que darle bastante fuego. La tierra era previamente cernida para quitar piedras y otros elementos. La masa de ésta tierra se hacía con agua, a la que se le añadía sal y azufre, la sal se le añadía porque al derretirse al fuego servía de agua lo que daba corteza a la teja y además la teja no acababa rajándose por las altas temperaturas que alcanzaba el barro en el horno, y el azufre para mejorar el color de la teja. Una vez los componentes de la masa estaban preparados, tierra, agua, sal, azufre, se procedía a amasar con los pies constantemente hasta que las incesantes pisadas lograban una masa parecida a "una correa". Entonces se cogía una pella de barro (trozo de barro) y se extendía tratando de alisar la masa sobre un molde que tenían los hombres que elaboraban las tejas. Una vez el barro bien extendido en el molde se ponía a "oriarse" (secarse). También hay testimonios de que al principio el molde que se utilizaba era el muslo de la persona que hacía la teja.
La teja pasaba al horno, con la atención y cuidado de colocar la teja "empenicá" (de forma vertical) porque si se colocaban de forma horizontal (tendidas unas sobre otras) se podían aplastar por el peso y también porque su cocción no sería homogénea. Una vez todas las tejas bien colocadas se le daba fuego al horno, en principio el combustible utilizado era leña y rastrojos que eran apañados por laderas y barrancos de la zona, en una etapa posterior el combustible era la Cal Viva. Cuando el fuego tomaba un color azul quería decir que la teja estaba ya correctamente hecha.
Desde estas zonas, las más altas del barrio, se transportaban las tejas bien en burros o bien al hombro a los puntos donde se edificaban las casas.
En ésta época destacaba en el barrio la colaboración entre vecinos, tanto para acarrear tejas, acarreadas al hombro o en burros, como para acarrear piedras para hacer casas, se mantuvo ésta colaboración hasta tiempo después cuando se empezaron a hacer las viviendas “modernas” echando una mano o arrimando el hombro tanto para pegar bloques o echar un techo.
La Teja inglesa, fue desplazando poco a poco a la teja hecha en Tasarte hasta que empezaron a techarse las casas con los techos de "azotea".
Los hornos en la actualidad están declarados patrimonio etnográfico.
Bibliografía: Tasarte Blog http://bienvenidosatasarte.blogspot.com.es/2013/10/hornos-de-teja-en-tasarte.html
Museos etnográficos vivos
Como colofón final a esta ruta puedes terminar conociendo un poco de la vida rural de estas zonas a través de los museos etnográficos vivos como el de la escuela, la consulta del médico rural, la tienda de aceite y vinagre (pregunta por la tienda de Polo, un vestigio aún vivo de este tipo de establecimientos https://www.flickr.com/photos/canarias3d/albums/72157656610650948, el Almacén de Tomates, la Zapatería de Naso, la Iglesia de San Nicolás ,el Centro Locero Adelfina Cubas o el Museo de la Herrería y el Agua.
Vegetación
Esta ruta se encuentra bajo el dominio de la vegetación xerófila- costera canaria y el bosque termófilo.
Destacan en toda la ruta los cardones y tabaibas y cardones, pero también los verodes, taginastes balillos, balos, tasaigos,... y otras especies vegetales introducidas y asociadas a la explotación agraria; como las tuneras y pitas que se usaban para delimitar las parcelas. En los fondos de los barrancos podemos encontrar destacados palmerales, acebuches, tarajales, juncos, cañas y salvia morisca entre otras especies asociados a ellos.
Fauna
A lo largo de su recorrido podremos encontrar tres especies endémicas de Gran Canaria: El lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlinii), que se distribuye por barrancas, cultivos y pedregales, la Lisa de Cran Canaria (Chalcides sexlineatus sexlineatus) y el Perinquén de Boettger (Tarentola boettgerii boettgeri), que suele encontrarse bajo piedras y en zonas habitadas.
Entre las aves se podrán avistar el Cernícalo canario (Falco tinnunculus canariensis), la Perdiz (Alectoris rufa), y el cuervo canario (Corvus corax canariensis) entre otras muchas especies.
IMPORTANTE: La información contenida en esta ruta es orientativa que, exclusivamente, busca fomentar el deporte en contacto con la naturaleza y los paseos rurales educativos. El Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás suministra estas informaciones para comodidad de los usuarios de estas páginas, sin interpretar en ningún modo el estado actual de las rutas, la oferta, la calidad, la titularidad de las zonas por donde se pasa, etc.
Así mismo no se hace responsable de los errores, omisiones, o en su caso una mala orientación que pudiera ocasionar cualquier percance entre los usuarios de estos textos. Se recuerda que los senderistas acceden a estos espacios montañosos voluntariamente y por consentimiento informado, es decir, que cada persona debe ser responsable de sus actos.